PRESENCIA DE ESCULTORES VALENCIANOS EN MURCIA DURANTE LOS SIGLOS XVIII, XIX Y PRIMERA DECADA DEL SIGLO XX.

 

TEXTOS: MELENDRERAS GIMENO.

Recopilado para el foro de Murcia Nazarena por mlara

A finales del siglo XVII, llega a Murcia, el estrasburgués Nicolás de Bussi, que procedente de tierras valencianas (Valencia, Alicante, Elche y Castellón), se instala en nuestra ciudad, dejándonos su obra maes-tro el Cristo desclavado de la Preciosísima Sangre (1) para la Archicofradía de su nombre, ubicada en el Barrio del Carmen.

Durante todo el siglo XVIII, Murcia recibe la visita y la obra de excelentes escultores valencianos, como Ignacio Vergara, José Esteve Bonet, Pedro Juan Guissart y José Cotanda.

Ignacio Vergara, es un escultor, de una famosa estirpe de familias de artistas valencianos (José, Francisco, Manuel, etc...), que realizó magníficas imagenes, para pueblos tan importantes como: Jumilla, Cieza y Yecla. Desgraciadamente, la gran mayoría desaparecieron durante la guerra (2).

José Esteve Bonet es otro gran escultor valencia-no, digno sucesor de Vergara, el cual realizó un grupo de la Santísima Trinidad para la iglesia de Santa María de Gracia de Cartagena (3). También desaparecido. Permaneció once días en Cartagena y dos días en Murcia, estudiando las obras de Salzillo y de su discípulo más notable Roque López.

Pedro Juan Guissart, también valenciano, académico de San Carlos de Valencia, es un escultor que en el último tercio del siglo XVIII, nos deja un gran testimonio de su arte, en los cuatro ángeles tallados en madera, pintados de blanco, simulando mármol, de tamaño natural, finos, elegantes y barrocos, que decoran el Tabernáculo de la iglesia parroquial de San Juan Bautista de Murcia, están directamente inspirados en Bernini, (ángeles portadores de la pasión del Puente del Santo Angel de Roma) y en los grandes maestros del barroco romano del siglo XVIII como Bracchi y Filippo della Valle (Ángeles de la Capilla de la Anunciación de la iglesia de San Ignacio de Roma). También es autor de los colosales relieves en estuco, alusivos al Culto Eucarístico de las Capillas de la Comunión y de la Confesión en la mencionada iglesia. Para las cuatro hornacinas de los grandes pilares que sostienen los machones de la elipse central de la cúpula, de la iglesia de San Lorenzo de Murcia, realizó cuatro Evangelistas en estuco, muy notables, según Baquero; desgraciadamente fueron destruídos en nuestra pasada guerra (4).
A finales del siglo XVIII, el escultor y tallista valenciano José Cotanda realizó para el interior de la Catedral de Murcia, una sillería del Coro en madera de caoba, que fue destruído en el pavoroso incendio que se declaró en la Catedral durante los días 3 al 4 de febrero de 1854 (5).

A mediados del siglo XIX, concretamente durante los años 1858 al 1860, recibimos una serie de notables imagenes de un gran escultor valenciano Modesto Pastor y Julia, artista eminentemente imaginero que dejó no solamente una gran obra en Valencia, su tierra, sino en ciudades tan importantes de España, como Madrid, Salamanca, Tarragona, Huesca, etc..., y como no en Murcia (6).

Así, concretamente para el Santuario de Nuestra Señora de la Fuensanta, talló en madera las siguientes imagenes: en 1858, realizó un San Antonio de
Padua con un Niño Jesús en sus brazos, el se ocupó solamente de la talla, ya que de la policromía, como en sus restantes obras se encargaba un pintor profesional. Un año más tarde hizó otra imagen para el Santuario, un San Cayetano y en 1860 un San Bias con un ángel (7). Todas ellas fueron destruidas y quemadas durante nuestra guerra civil (8).

A finales del siglo XIX, concretamente en el año 1896, y con motivo del Concurso que abrió la Concordia del Santo Sepulcro, Viernes Santo por la noche, Iglesia de San Bartolomé. Llega a Murcia un notable escultor valenciano Juan Dorado Brisa, muy estimado por el famoso escultor Mariano Benlliure. Ganó el concurso y presentó un boceto que entusiasmó a la Junta Directiva de la Cofradía. Tres ángeles de bellisímas alas abren la tapa del Sepulcro, donde reposaba un Cristo Yacente de Bussi, así como los adornos de estilo mesopotámico-asirio que tan brillantemente había ejecutado (9). La obra fue un auténtico acierto, inspirado de cerca en el sepulcro del tenor Gayarre en el cementerio del Roncal, primorosa obra de mármol y bronce de Benlliure. La obra de Dorado fue totalmente destruida en la guerra.

En 1904, realizó un magnífico paso del Lavatorio para la Archicofradía del Santísimo Cristo de la Sangre, también destruido (10). Y un año más tarde, 1905, talla en madera policromada una soberbia imagen ,de San Juan para la misma Archicofradía, objeto de nuestro estudio.
En el año 1896, y también influenciado por Dorado, llega a Murcia, el escultor valenciano Damián Pastor, el cual lleva a cabo el paso de Jesús ante Caifás para la recién restaurada Cofradía del Perdón, Lunes Santo, conservándose únicamente la impresionante figura de Jesús.

Y finalmente a comienzos de siglo otro valenciano nos recibe Venancio Marco, el cual talla en madera, la majestuosa imagen de San Juan Evangelista para la Cofradía del Resucitado.

 

TEXTOS: MELENDRERAS GIMENO.

Recopilado para el foro de Murcia Nazarena por mlara


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